Atardecer en Dubai

Atardecer en Dubai

sábado, 27 de octubre de 2012

Limpiando la Casa




No me he cansado de decir que Londres, como ciudad, me hizo crecer.  Lo dije una en una de mis primeras entradas hace ya casi dos años, y lo vuelvo a decir hoy. Sin duda, no soy el mismo Alejandro que se fue de Caracas en 2010.

Hoy me di cuenta de dos cosas: la primera, que llevo ya más de un mes viviendo en Dubai; la segunda, que llevo meses sin escribir en este blog.

El problema es el siguiente: yo siempre escribo cuando estoy "intenso" y triste. Pero lo bueno es que en mis últimos meses en Londres fui feliz.

Ojo, ahora escribo pero no necesariamente porque este triste. Es que quiero explorar escribir sobre otras cosas.

Si Londres me hizo crecer durante los dos años que viví allí, Dubai ha hecho lo mismo de manera exponencial estas primeras cuatro semanas. En cuatro semanas he tenido que:

tomar taxis como un degenerado para ver apartamentos disponibles (conseguir un lugar donde vivir),

comprar absolutamente todo: cama, colchón, lavadora, cocina, nevera, almohadas, mesa, sillas, plancha, mesa de planchar, mesa de noche, pala, escoba, cubiertos y pare de contar;

adaptarme a una nueva oficina de trabajo (y a un nuevo mercado),

organizar un viaje profesional a Egipto (incluyendo los placenteros trámites de visa)

y limpiar.

Desde que me mude a mi casa nueva no he parado de limpiar. Y esto señores, es algo que yo no solía hacer en Londres ni en Caracas. Hoy, en el tercer día del fin de semana largo del Eid, pasé casi tres horas limpiando mi apartamento. Luego de eso, me di cuenta de que 1) es agotador y 2) que no sé cómo hacerlo.

Comencé con el baño y la poceta. Me puse unos guantes y empecé por quitar el sucio que tenían las superficies, del polvo y la tierra de cuando el apartamento estaba siendo construido. Puse un poco de limpiador de baño y luego de pasar un paño mojado por todos lados, me di cuenta de que los guantes estaban empapados y no tenía ningún pañito para secarlos. Por eso, decidí utilizar la alfombra.

Luego quise hacer lo mismo con el área de la regadera, pero como todavía no existe división entre ésta y el resto del baño, el agua se regó por todos lados. En ese momento pensé que era una buena idea pasar coleto.

Luego de pasar coleto, deje secar, pero me di cuenta de que tenía que haber barrido primero. Traté de sacar el sucio (ahora todo empegostado) del piso y barrí lo más que pude. Para un primer intento, el baño quedó decente.

Luego seguí barriendo el resto del apartamento. Concluí que no me puedo andar por el apartamento sin camisa, porque comienzo a dejar pelos por todo el piso (un perrito pues). QUE PESADILLA.

Barrí, barrí y barrí. Mientras más barría, la escoba de porquería que me compré en Ikea votaba más pelusa. La tarea era interminable. En el momento que arrastraba el polvo y los pelos de una lado a otro, la escoba botaba los pegostes y las pelusas que había barrido antes. Que desesperación. Uno no barre hasta cuando termina, sino hasta cuando uno se cansa. Estoy listo.





Fue así también como entendí porque la gente en Londres me ordenaba dejar los zapatos en la entrada de la casa. De lo contrario el sucio de la calle ensuciaría todo. OBVIO. Estas simples verdades solo se aprenden cuando es uno el que barre.

A todas estas, estaba sudando como tapa de olla porque no había prendido el aire acondicionado. Es sólo cuando uno paga todos los servicios cuando el medio ambiente importa. Ahora, no salgo de la casa sin que ninguna luz esté apagada, y sin que ningún enchufe este prendido. Hay veces en que me quedo con la indecisión de si dejar el router del Internet prendido o no. HAY QUE AHORRAR (energía y dinero).

Luego de limpiar no me provoca hacer nada en el apartamento. Siento que mis propios pies ensucian todo lo que piso inmediatamente. Luego de todo este esfuerzo, por supuesto, me dieron ganas de ir al baño, comí, y deje otra cantidad de pelos por el piso. Creo que me voy a volver un maniático si sigo pensando así.

En fin, así me recibe Dubai. Con una pala y una escoba. Si Londres me hizo crecer personalmente, en ver las cosas importantes de la vida y enfocarme en buscar lo que me hace feliz; Dubai hasta ahora me ha enseñado los detalles simples pero esenciales de una vida ordenada. Lo común.

Espero con entusiasmo las lecciones por venir.



Vista desde mi ventana