Creo que les debía un update sobre mis peripecias acá en Londres desde hace ya un tiempo.
Hoy cancelaron la reservación de mi vuelo de vuelta a Venezuela. Siento como si ya me hubiera ido de Londres; como si estuviera en la puerta para abordar con cuatro días de anticipación (bueno, viendo la hora ya son tres). Este sin duda va a ser el viaje más largo para Venezuela hasta ahora.
Al mismo tiempo, a este sentimiento de ansiedad que tengo, HEAVY, se le suman las cargas de mi soledad acumulada por el tiempo; de los rollos mentales que aún no he resuelto y que me cuestan todavía mucho por afrontar.
No me sentía así desde hace mucho tiempo. Esto se ha convertido casi en una obsesión.
No hay nada más difícil que acaparar un sentimiento que no puedes compartir con nadie.
Prefiero mi vida neutra. Estas emociones piden demasiado para lo que mi EGO puede soportar. ¿Y es qué voy a hacer? ¿Lanzarme a la deriva y estrellarme contra la pared? ¿QUE PUEDO YO HACER?
MANTERNERME DISTRAIDO. Venezuela iba a ser mi distracción a partir de hoy.
Esta es una historia –un sueño- que se construyó sólo en mi cabeza. (Solo no es lo mismo que sólo).
Es lenta la espera. Hoy todo lo que necesité fue esa sonrisa para estar tranquilo. ¿La busco de nuevo? ¿Será muy arriesgado? La quiero YA. Para mí. Para siempre. (Bueno, al menos eso es lo que siento ahora).
Quiero querer otra vez.
http://www.youtube.com/watch?v=MdprZHZsvXU
